De güelta

Esto es como el juego de la silla, ya lo sé.
Vuelvo a mi antiguo blog.
No sé por qué. Me dieron ganas.

http://cryifuwant.blogspot.com

Ahí se ven.

La condena de adorar las escobillas

Si el universo me pone en el camino no a uno sino 2 bateristas de jazz, yo asumo que es una senial de algo (hoy no hay acentos ni enies, el teclado es frances y no entiendo un pomo).
Por lo pronto, con uno no funciono.
De todos modos, mis mas perversas esperanzas estan puestas en el otro, que tiene una mirada de salvaje que me hipnotiza.
Los detalles, en otra entrega.

Último momento

Me está gustando mi nuevo trabajo. Nat y Flor armaron festejo de Rosh Ashaná (¿va con acento?) en casa y comimos hasta quedar hinchadas pero felices. Empecé a pintarme las uñas. Me vi de vuelta la segunda temporada de Dexter. Le hice el bendito video a LlaveInglesa. Vi una rata en el patio de casa. Le confesé algo inconfesable a Nat. Me di unos besos con un brasilero. Cociné tacos y me agarró un ataque al hígado. Una de mis alumnas me regaló cremas, perfumes y labiales. Me declaré la antiperonista más fanática de Perón. Me quedé dormida viendo El Increíble Hulk. Me encontré con gente de mi ex trabajo en un lugar muy banana. Cancelé citas. Ando bastante expectante con respecto a un sujeto. Me invitaron a hacer los coros en una banda de soul y acepté. Me invitaron a hacer unas improvisaciones en una performance y no acepté. Mi mamá me dijo que le hacía acordar a Bridget Jones. Estuve escuchando FNM casi exclusivamente. Me dieron ganas de ser la madre de los hijitos de Eddie Vedder. Se murió Paul Newman. Adelgacé unos kilos. Lloré con un capítulo de Sex & the City. Pasé mucho tiempo con mi abuelito.
Me he venido sintiendo bastante feliz.
Porque como dice mi amado Buddy Glass, no es necesario que esté saltando en una pata para sentirme feliz.