Mi mamá me hizo ver la película esa malísima que le encanta a las amas de casa que hacen afirmaciones de Louise Hay para curarse las uñas encarnadas, El Secreto. "Dale Celeste, que es sobre Física Cuántica y te va a encantar". Creo que duré frente a la tele media hora y me fui a la cocina a mirar los azulejos. Después, como era de esperarse, mi madre vino con su especie de sermón en el que me trata de escéptica, ultramental, cínica y cerrada, y que por qué me cierro tanto a obtener lo más quiero; todo para que yo le explique que no sé qué cuernos es "lo que más quiero" y que pedir-pedir-pedir a modo de mantra no me sirve, no-me-sirve, que siento que me estoy haciendo autohipnosis, que ya todos sabemos cómo terminó esa historieta de Charcot y Freud, que la hipnosis no sirve, que uno no puede ir apelando directamente al Superyo salteándose al Yo como si nada. Le quemo el cerebro durante 45 minutos, non stop, más de eso es buscar camorra. De todos modos, mi madre no entiende nada, porque a los 10 días se aparece con un libro de Deepak Chopra sobre las leyes de la abundancia y volvemos a lo de siempre.
Y bueno, parece que pedir-pedir-pedir a veces funciona. Aunque, la verdad, me cago en el secreto. Que ayer haya estado repitiendo como loca "no lo puedo creer, se muda y yo no estoy ahí para acompañarlo, no lo puedo creer, no lo puedo creer, seguro que una chirusa le está desembalando las camisas, no lo puedo creer, no lo puedo creer" y que después, a las 20.37 pm, mientras preparaba unos repollitos de bruselas al vapor, sonara tintún del sms en celular, y que fuese él, invitándome a su nueva morada se siente más como el tiro por la culata que otra cosa.
Take a good look, take a photo. Write about it in your tiny notebook.
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3 comentarios:
Cel, no te puedo creer que haya alguien que mire ESO en serio y que, encima, sea tu madre. Tough luck.
Servirá?
Mi madre es una persona muy especial. Te echa de tu casa porque no seguís yendo a la facultad y después te regala libros de autoayuda para lidiar con el fracaso.
Qué se le va hacer...
La pregunta del millón:
Cuál fue tu respuesta a la invitación del señor?
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